2.11.13

Adelfa




  • Un poco de historia…
Cuenta la leyenda que, durante la invasión napoleónica (en torno al 1808), las tropas milicianas españolas de Ronda (Málaga) envenenaron a sus enemigos franceses, gracias a su ingenio, el conocimiento del terreno y de las plantas autóctonas, en concreto usando una planta venenosa típica de la zona, la adelfa.

 Llevaron a cabo su plan invitándoles a comer una carne que había sido preparada y asada ensartándola con estacas peladas de adelfas, de modo que a la mañana siguiente, todos los miembros del ejército francés estaban muertos o gravemente intoxicados. 


  • Descripción
La adelfa (Nerium oleander), también llamada baladre, trinitaria, rosa laurel o laurel de flor, es una planta atractiva con hermosas flores de suave colorido en blanco, rosa, púrpura y naranja y hojas perennes lanceoladas de un verde intenso. Se trata de una  planta arbustiva que incluso puede llegar a convertirse en un árbol pequeño. Tiene un tronco recto con corteza lisa y grisácea. Las ramas crecen de forma abundante desde la base, y son ascendentes y flexibles; forman una copa abierta e irregular.


  • Hábitat
Es originaria de la cuenca del mediterráneo y Oriente Próximo, y su hábitat natural son riberas de los cursos fluviales, orillas de ríos, arroyos, barrancos y ramblas, es decir, vive cerca de cursos de agua.


  • Etimología
Adelfa deriva del griego Dafne (laurel), y del árabe al-defla.
 Su nombre científico proviene de la palabra latina Nerium, la cual deriva del vocablo griego Neros (húmedo, asociado a Nereo, Dios del mar) aludiendo a su apetencia por lugares donde abunda el agua.  El epíteto específico "oleander", parece ser la contracción latina de "olea", olivo (haciendo referencia al  parecido de sus hojas con las del olivo) y "dendron", árbol.


  • Usos y propiedades
Es una de las especies ornamentales preferidas por sus grandes y bellas flores, y porque no necesitan apenas cuidados. Sin embargo, se trata de una planta muy peligrosa, pues tanto sus hojas, flores, tallos, ramas y semillas son venenosas. Puede resultar mortal para la persona que la ingiera. De hecho, sus hojas sueltan un líquido lechoso cuando se las arranca que puede producir alergias en la piel si se pone en contacto con la misma.

Es una planta muy venenosa, pues es rica en sustancias digitálicas, tanto que incluso las mieles procedentes de la libación de las abejas en sus flores, las convierten en tóxicas.  Por ello, es totalmente desaconsejada para uso particular, ya que incluso en dosis pequeñas produce acciones muy fuertes sobre el corazón. Por esta razón su uso debe estar sujeto a control médico. Dada su toxicidad, en España está prohibida la venta de esta planta con fines farmacológicos.

 La intoxicación por adelfa es se realiza de la siguiente forma: entre 4-12 horas después de la ingesta se producen alteraciones gastrointestinales acompañadas de náuseas y vómitos, con deposiciones diarreicas sanguinolentas, vértigo, ataxia, midriasis, excitación nerviosa seguida de depresión, disnea, convulsiones tetaniformes y arritmia en aumento, aparece taquicardia, fibrilación auricular y bloqueo con parada cardíaca.

En zonas rurales se preparaba una loción para uso externo como parasiticida contra la sarna, utilizando las hojas frescas de adelfa mezcladas con miel y aplicada como ungüento.





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