- Un poco de historia…
Cuenta la leyenda que, durante la
invasión napoleónica (en torno al 1808), las tropas milicianas españolas de
Ronda (Málaga) envenenaron a sus enemigos franceses, gracias a su ingenio, el conocimiento
del terreno y de las plantas autóctonas, en concreto usando una planta venenosa
típica de la zona, la adelfa.
Llevaron a cabo su plan invitándoles a comer
una carne que había sido preparada y asada ensartándola con estacas peladas de
adelfas, de modo que a la mañana siguiente, todos los miembros del ejército
francés estaban muertos o gravemente intoxicados.
- Descripción
La adelfa (Nerium oleander), también llamada baladre, trinitaria,
rosa laurel o laurel de flor, es una planta atractiva con hermosas flores de
suave colorido en blanco, rosa, púrpura y naranja y hojas perennes
lanceoladas de un verde intenso. Se trata de una planta arbustiva que incluso
puede llegar a convertirse en un árbol pequeño. Tiene un tronco recto con
corteza lisa y grisácea. Las ramas crecen de forma abundante desde la base, y
son ascendentes y flexibles; forman una copa abierta e irregular.
- Hábitat
Es originaria de la cuenca del mediterráneo y Oriente Próximo, y
su hábitat natural son riberas de los cursos fluviales, orillas de
ríos, arroyos, barrancos y ramblas, es decir, vive cerca de cursos de agua.
- Etimología
Adelfa deriva del griego Dafne (laurel),
y del árabe al-defla.
Su nombre científico proviene de la palabra latina Nerium, la cual
deriva del vocablo griego Neros (húmedo, asociado a Nereo, Dios del mar)
aludiendo a su apetencia por lugares donde abunda el agua. El epíteto
específico "oleander", parece ser la contracción latina de
"olea", olivo (haciendo referencia al parecido de sus hojas con
las del olivo) y "dendron", árbol.
- Usos y propiedades
Es una de las especies ornamentales preferidas por sus grandes y bellas
flores, y porque no necesitan apenas cuidados. Sin embargo, se trata de una
planta muy peligrosa, pues tanto sus hojas, flores, tallos, ramas y semillas
son venenosas. Puede resultar mortal para la persona que la ingiera. De
hecho, sus hojas sueltan un líquido lechoso cuando se las arranca que puede
producir alergias en la piel si se pone en contacto con la misma.
Es una planta muy venenosa, pues es rica en sustancias digitálicas, tanto
que incluso las mieles procedentes de la libación de las abejas en sus
flores, las convierten en tóxicas. Por ello, es totalmente desaconsejada
para uso particular, ya que incluso en dosis pequeñas produce acciones muy
fuertes sobre el corazón. Por esta razón su uso debe estar sujeto a control
médico. Dada su toxicidad, en España está prohibida la venta de esta planta con
fines farmacológicos.
La intoxicación por
adelfa es se realiza de la siguiente forma: entre 4-12 horas después de la
ingesta se producen alteraciones gastrointestinales acompañadas de náuseas y
vómitos, con deposiciones diarreicas sanguinolentas, vértigo, ataxia,
midriasis, excitación nerviosa seguida de depresión, disnea, convulsiones
tetaniformes y arritmia en aumento,
aparece taquicardia, fibrilación auricular y bloqueo con parada
cardíaca.
En zonas rurales se preparaba una loción para uso externo como
parasiticida contra la sarna, utilizando las hojas frescas de
adelfa mezcladas con miel y aplicada como ungüento.
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